La rama de actividad es el grupo de elementos patrimoniales (bienes, derechos y obligaciones) que pueden conformar de manera autónoma una unidad económica.
Es decir, una rama de actividad puede desarrollar por sí misma, sin requerir procesos adicionales, un bien o servicio que luego puede ser ofrecido en el mercado.
Asimismo, cabe señalar que la rama de actividad supone una parte de una empresa, ya sea unipersonal o una sociedad.
Otro punto que acotar es que la rama de actividad incluye tanto los activos como los pasivos vinculados a un área de la organización.
Entendiendo la rama de actividad
Para entender el término, imaginemos que la empresa u organización es un árbol. Entonces, cada tipo de bien o servicio que ofrece es una rama de actividad.
Cabe acotar que las ramas de actividad pueden o no estar relacionadas al mismo sector. Eso dependerá de la estrategia empresarial.
Así, si la compañía ha apostado por la diversificación, cada rama de actividad será distinta. Este es el caso, por ejemplo, de un holding que ha invertido en el sector bancario y en el negocio de comida rápida.
Clasificación de las ramas de actividad
Las ramas de actividad pueden clasificarse en función a valor agregado a sus productos. Así, tenemos las siguientes categorías:
- Sector primario: Se refiere a actividades netamente extractivas como la agricultura, ganadería, caza y silvicultura.
- Sector secundario: Es aquel donde se transforma la materia prima en otro bien de mayor valor agregado. Este es el caso de la manufactura y la construcción, por ejemplo.
- Sector terciario: Incluye todas las actividades económicas donde la mercancía no es un bien, sino un servicio. Nos referimos, por ejemplo, a turismo, hotelería, intermediación financiera, gestión logística, educación, asesoría contable, entre otros.