El tráfico de influencias es una práctica ilegal que consiste en la utilización de las relaciones privadas para tratar de influir en aspectos de gobierno y empresas. Logrando así un trato preferencial sobre el resto.
El tráfico de influencias es una actividad ilegal que consiste en la utilización de las relaciones personales, con el fin de influir en determinados aspectos y obtener un trato preferencial. Habitualmente, esto se produce en ámbitos como el sector privado, el sector de la empresa, así como en el sector público y en el gobierno. El objetivo de esto consiste en obtener un trato preferencial injustificado, está penalizado como un delito.
En la historia, el tráfico de influencias ha estado muy relacionado al mundo de la política y de los grupos de cabildeo, aunque no tiene porqué ser siempre así. Este fenómeno también se ha visto, de manera reiterada, en otros sectores como el deportivo, así como en el sector de la banca. El establishment financiero, por ejemplo, ha sido un grupo de poder polémico de las entidades financieras, caracterizado por un supuesto abuso de este tipo de acciones.
Tipos de tráfico de influencias
Aunque el tráfico de influencias suele producirse de la misma forma, este, de cara a la ley, se puede clasificar en dos tipos:
- El ofrecimiento: Esto se produce cuando es una persona que trata de ofrecer un trato preferencial a otra persona. Generalmente a cambio de dinero, favores u otra serie de especies.
- La influencia: esto se produce cuando es una persona la que trata de utilizar sus influencias para que otra ofrezca ese trato preferencial. Normalmente, ofreciendo el primero una retribución por esa preferencia.
Ejemplo de tráfico de influencias
El tráfico de influencias es una práctica muy extendida en el mundo, aunque esta sea ilegal. Pues el concepto abarca una gran cantidad de acciones que son tipificadas de esta manera por la ley. Sin embargo, en muchas ocasiones, no se termina de comprender qué es tráfico y qué es “amiguismo”.
Aunque el amiguismo esté considerado un delito, en muchas ocasiones, las relaciones personales nos llevan a favorecer a nuestros allegados. Por esta razón, cuando una persona, dentro de una empresa privada, ofrece un puesto de trabajo a otra por relación de amistad con el director general, esta acción no podría recogerse como tráfico de influencias. Al final, el director general tiene la capacidad de poder contratar a quien él considere, por lo que no podría tipificarse como tal.
Sin embargo, si esto se da en el sector público, donde es un funcionario el que contrata a otra persona por tener una vinculación personal con este, esto si sería tipificado como tráfico de influencias.
A continuación, vamos a poner varios ejemplos de acciones que podrían considerarse tráfico de influencias:
- Acelerar un proceso burocrático saltándose procedimientos.
- Sentenciar a favor de un individuo o persona jurídica por tener una vinculación personal.
- Influir en procesos de selección para el funcionariado público.
- Agilizar desde el sector público la emisión de licencias a personas con la que se mantiene una vinculación.
- Quitar o retirar multas a amigos o familiares.
El tráfico de influencias suele confundirse con cohecho, prevaricación o soborno. Esta serie de delitos, aunque mantienen relación, no son lo mismo.